Resaca tras la ruta de las fortalezas

Hoy, con el cuerpo ya medio recuperado, es buen momento para hacer balance de la fantástica prueba deportiva que nos brindó ayer la infantería de marina.
Hasta el último infante apostado en algun collado dando ánimos y tratando con mucho respeto y educación a todos.Los avituallamientos bien puestos, menos el primero que estaba algo antes y yo personalmente no sabia si coger agua con lo que quedaba todavía por subir.Luego supe que no permitieron poner el avituallamiento arriba los de medioambiente. Sin colas para sellar los pasaportes.Todos los avituallamientos bien surtidos, las bebidas frescas ( por el clima, cuando nos toque con sol ya veremos).Hasta se agradece el apoyo de los bomberos en el Roldán.

Los aseos portátiles de escándalo.
Heché de menos que en muchos mas puestos de avituallamiento tuviesen reflex o algún antiinflamatorio, (sufrí calambres desde el Atalaya).

En meta todo fantástico, tanto el recibimiento como los servicios de bebida y comida caliente.
Peros: los del autobús que hasta las cuatro no empezaba su recorrido y la falta de duchas para los participantes en meta.

Las consignas muy bien organizadas , parecía todo muy sencillo, eso solo se logra tras un gran organización y muchas ganas por parte de todos.

Los participantes, de primera, los tramos compartidos en subidas y bajadas sin problemas, no se veía nada de basura, bien es cierto que todavía faltaba mucha gente por pasar, pero creo que la conciencia por el medio ambiente era general.

Las comparaciones son odiosas, pero la zona de meta comparada con la de Ronda, es mucho mas amplia, limpia y organizada.

En lo personal y deportivo, bueno puedo decir que contento, logré terminar, y el objetivo de bajar de 6 horas.

Pero en realidad, la aparición de los calambres desde casi la mitad de la prueba (vuelven los viejos fantasmas ) me han dejado la triste sensación de haber podido bajar con facilidad y holgura de las 5 horas.

El tiempo, una mera anécdota, 5h28 , al lado de la grandeza de esta prueba.
El marco,de incomparable belleza.
La anécdota, la bajada del Roldán la hice tras un equipo de infantería.Tras la ingestión de un antiinflamatorio, podía correr algo bajando, gracias al grupo me frenaba un poco, y ellos algo apurados a veces, me preguntaban si quería pasarles.
La verdad es que no, todos sus compañeros,los animaban con gritos de ánimo al "bombero", y esta era una buena forma de animarme yo también, aunque prometo que no pensaba que lo de bombero iba por mi.Jejeje, aún sin conocer su significado...

Bueno ahora a ponerse nuevas metas